Libro en formato álbum, de 56 páginas en blanco y negro más cubiertas en color. Tebeos con traducción de la serie Flash Gordon, de la etapa dibujada por Austin Briggs: tiras diarias desde el 27 de mayo de 1940 hasta 23 de agosto de 1941.
Al iniciarse la década de los años cuarenta del pasado siglo, la labor de Alex Raymond parecía acusar cierta fatiga, que cursaba con una aparente reiteración argumental. Su más famoso y allegado asistente, Austin Briggs, el mismo que lo sustituye en las páginas dominicales a partir del 7 de mayo de 1944, amplia el soporte editorial del personaje hacia las tiras diarias en blanco y negro, un soporte claramente circunscrito pero que ofrece como ventaja un ritmo narrativo rápido, ventaja innegable si se tiene un argumento que relatar. Los sabios quehaceres del señor Briggs se mantienen en este soporte diario en blanco y negro, desde el 27 de mayo de 1940 hasta su cancelación el 6 de marzo de 1944, fecha en que este formato desaparece hasta su tardía restauración (19 de noviembre de 1951) por obra de Dan Barry y una pléyade de grandes guionistas que trasforman la space opera inicial en una ciencia ficción más convencional tan presente en el cine y la literatura de los años cincuenta.
La obra diaria de Austin Briggs poco aporta a la dilatada leyenda de Flash Gordon. La dominical, sin acreditar, como también lo era la diaria, se la puede considerar como una etapa de transición que lleva a Flash Gordon del halo romántico del genial Raymond hasta el estilo escultórico de Emmanuel McRaboy siguiendo los derrotes de una historia que no se relata en estas breves líneas.
La edición de B.O. de este material es modesta, parcial al no recoger la trayectoria completa de Briggs en blanco y negro, y se ha quedado algo rancia en lo referente, no a la impresión que es bastante aceptable, sino a una presentación fría, sin prólogos y sin ubicar por ello al lector en una etapa tan minúscula de la historia de Flash Gordon que corre el riesgo de ser olvidada. En 1978, y con modestos medios, B.O. evitó que permaneciese en el olvido, al menos en parte.