¡LA FALTA ABSOLUTA DE PUDOR ELEVADA A LA CATEGORÍA DE ARTE! Del gorrino se aprovecha todo, hasta los andares Del mismo modo, David Ramírez exprime cada faceta de su vida para inspirarse: trabajo, pareja, aficiones, manías… todo vale para cebar su obra más personal, un festín de costumbrismo repleto de diversión en filetes, ironía embutida, una pizca
de solomillo de ternura e incluso reflexiones de aguja. Variado pero siempre disfrutable, porque como dice el refrán... cuarenta sabores tiene el cerdo y todos son buenos.