Los habitantes de los distintos dominios de las Tierras Altas tienen en común, entre ellos y con la tierra que habitan, la dureza, la fiereza y el orgullo. Todos se mantienen en constante conflicto con sus vecinos, continuamente roban ganado y capturan siervos, siempre buscan aumentar sus posesiones. En este contexto, lo único que logra sostener una frágil paz son los dones. Los dones son poderes. Los barre tienen el poder de llamar a los animales. Las mujeres de Cordemant pueden provocar ceguera, sordera o mudez. El brantor Ogge de Drummant tiene el poder del deterioro lento. Sin embargo, el poder más fuerte de todos, y también el más terrible, es el don de los caspro: el poder de deshacer. Orrec y Gry se han criado juntos en las Tierras Altas. Pertenecen a dominios vecinos: Orrec es hijo del brantor de Caspromant y Gry es hija de los brantors de Barre y de Rodd.
Aunque el don de Gry funciona correctamente, ella no quiere atraer a los animales para la caza. Orrec también tiene un problema: su poder de deshacer es salvaje. El suyo es el don más peligroso de todos y él no puede controlarlo... Los dones nos trae de nuevo a la mejor Ursula K. Le Guin en una apasionante y conmovedora historia magistralmente contada.