Libro de ensayo encuadernado en rústica de 216 páginas interiores en color más cubiertas que contiene un estudio sobre los videojuegos Volumen único.
En los tiempos que corren, los videojuegos alcanzan un nivel de perfección de imagen y sonido casi reales. Se interactúa con personas virtuales y se juega en comunidad. Pero no solo eso, también se producen bandas sonoras específicamente pensadas para esta industria, grabadas incluso por sinfónicas y adaptadas a cada momento de la acción. En este contexto, hoy, cuesta mucho imaginar de qué manera empezó todo aquello, con un sistema arcaico, básico, simple… pero a la vez complicadísimo de implementar, precisamente por esa escasez de recursos. Todo para lograr un sinfín de notas a una voz, o a lo sumo a tres, que nos acompañaban en las aventuras del boom de las videoconsolas y ordenadores personales. Dinamic fue seguramente una de las productoras más activas de aquellos locos y rápidos 80. Multitud de juegos ideados y creados con temas musicales propios. Los jóvenes protagonistas en aquellos años pioneros le mostrarán cómo se gestó todo aquello, entre anécdotas, chistes privados sobre pijamas de monos, viajes y diversión, que combinaban con el intenso trabajo, y en el contexto de una época de avances, una activa cultura pop y grandes cambios; cómo se exprimió el chip de sonido persiguiendo secuencias de audio mejores, compuestas e interpretadas por comandos informáticos o en código máquina; cómo se trasladaron esas músicas a aquellos videojuegos y cómo se nos grabaron a fuego, gracias a eso. La historia, con todo lujo de detalles y en primera persona, de un músico de Dinamic y sus bits armónicos.