¿Formó parte El Jueves de un complot judeo-masónico-republicano para acabar con la monarquía española? ¿Es cierto que sus dibujantes trabajaban consumiendo grandes cantidades de alcohol mientras ingerían sustancias estimulantes? ¿Desapareció algún colaborador explorando los famosos límites del humor y tuvieron que indemnizar a la viuda? Ninguna de estas preguntas tiene respuesta en este libro que se limita a explicar lo inexplicable: cómo unos tipos de lo más normal editaron una revista de humor consumida cada semana, durante décadas, por entre 500.000 y 750.000 lectores, hito que alcanzaron sin ser bendecidos por el establishment cultural —más bien al contrario— y sin recibir distinciones ni subvención alguna. ¿Cómo lo consiguieron, pues? Es lo que explica este libro, amigo, vas a tener que comprarlo.