Para convertirse en ninja se requiere concentración, coraje y decencia. Yo no tengo nada de eso. ¡Pero soy el mejor!
Cuenta la leyenda que, más allá de los pantanos de la perdición, cruzando los volcanes del infierno, girando a la izquierda donde el puesto de churros, se encontraba el templo de Macha-kón, un lugar siniestro y rudo donde se entrenaba a los ninjas más letales de todo el planeta. Su sensei, el Gran Jefe Puñetazos, tenía la fama de ser indestructible y eterno, y su apariencia era un misterio. Esta es la historia de uno de sus alumnos menos aventajados: ¡el ninja KURURO! Un apasionado de los videojuegos, de las siestas y de la insurrección; un negligente sin habilidades ni disciplina, un cero a la izquierda que, sin embargo, pasará a la historia. (Este soy yo, ejem, ejem. ¡Lean y descubran por qué soy tan grandioso!).