María ha logrado lo imposible: tener una vida tranquila. Hasta que, en un giro caprichoso del destino, la nombran directora de su escuela. Su paz se esfuma y su día a día se convierte en una serie de «aventuras» que nunca pidió: albañiles invadiendo los pasillos, familias con la virtud de aparecer en el peor momento, una pila de papeleo que desafía las leyes de la física y una nueva profe con muchas (¿demasiadas?) ideas innovadoras.
María se ve obligada a retroceder en el tiempo, pues cuando el caos alcanza niveles épicos, la única salida es recordar por qué —y por quién— un día decidió convertirse en maestra.