Aoileann tiene diecinueve años y nunca ha salido de la isla irlandesa en la que vive. Su madre, muda y postrada en cama, es una ruina, una superviviente de un desastre del que nadie osa hablar. Aoileann pasa los días entre el miedo que le tienen sus vecinos y la desesperación y el anhelo por tener una familia normal. Su abuela nunca le ha dado las respuestas que ella busca, y su padre, que solo las visita una vez al mes, menos todavía.
Cuando Rachel, una artista, y su bebé recién nacido llegan a la isla, se convierten en una obsesión para la inestable adolescente.