Empieza un ciclo nuevo para Eikyo. Traspasada la frontera del número 50 tenemos la vista puesta en el futuro, y ojalá, en que nos acompañes 50 números más. Con la próxima llegada de la primavera nos concentramos en el renacer y sobre todo, en disfrutar de lo efímero -que es todo.
Suponemos que ya te imaginas que nos gusta mucho Japón, sin embargo, la admiración que despierta en nosotros el país no nos impide ver también los aspectos en los que falla, como sociedad, como país o como cultura. En este sentido, en las próximas páginas encontrarás una iniciativa nacida en Tokio que facilita que las personas puedan conectar con sus emociones y se permitan llorar -e incluso facilitan a alguien que te enjuague las lágrimas sí así lo deseas. No sé qué opinas tú, pero desde mi punto de vista, ojalá nadie tuviera que dudar sobre si puede permitirse llorar…
No todo es negativo, por supuesto. Japón dio al mundo a uno de los mejores directores de orquesta de la historia, es posible que hayas oído hablar de él, incluso si la música clásica no es tu territorio. El mismísimo Murakami se sentó a conversar con él y después convirtió sus charlas en un libro, si no lo conoces, te van a dar ganas, seguro.
Como nos encanta que descubras facetas nuevas de la cultura de Japón, vamos a explicarte cómo fueron las mujeres de la era Heian quienes inventaron el hiragana y lo convirtieron en el lenguaje del amor. Puesto que la escritura “de los hombres” no les era permitida, decidieron inventar un silabario, pero como los hombres querían escribirse con ellas… no les quedó más remedio que aprenderlo. Una victoria femenina que, sorpresa, no se explica muy a menudo.
Y hablando de minorías ignoradas (las mujeres no son minoría, son el 50% de la población, pero en lo de ignoradas…) descubriremos juntos también algunos momentos importantes de la historia del pueblo Ainu y de la defensa de sus derechos. Al fin y al cabo, ¡son los pobladores autóctonos del país del que escribimos 80 páginas 3 veces al año!
Y de nuevo, un punto a favor de la amada cultura japonesa, que ha llenado los móviles y portátiles del mundo entero -o del hemisferio norte- de angelitos con el culo al aire inspirados en una marca de mayonesa. Y es que, parece que Japón es especialmente benevolente con las cosas pequeñas, a las que les da valor y cuidado, ya sean pequeños espacios donde vivir, pequeños objetos o incluso, personas pequeñas, a las que dedican espacios de aprendizaje y diversión que podemos envidiar desde aquí donde la infancia a veces parece más un estorbo que un tesoro.
Y como estas páginas no te van a durar un cuatrimestre, te proponemos dos libros, dos series, un anime y una peli. Te llevamos a cenar -aunque sea con la mente- y a visitar el buque insignia de la expo de Osaka 2025 que está a punto de empezar.